La casa debería ser el lugar más seguro del mundo para sus habitantes, pero para quienes tienen el cuerpo frágil o se encuentran con movilidad reducida, cualquier lugar sin la estructura adecuada puede volverse peligroso, e incluso una simple ida al baño puede estar llena de riesgos. En Colombi, alrededor de 17,3 millones de personas tienen algún tipo de dificultad para sostenerse con los miembros inferiores, según el último censo.
Una de las grandes preocupaciones del envejecimiento es el aumento del riesgo de caídas. De acuerdo con la SCGG (Sociedad Colombiana de Geriatría y Gerontología), entre el 30% y el 40% de los ancianos caen al menos una vez al año, y esta es la principal causa de muerte accidental entre personas mayores de 50 años.
La geriatra Daniela Gomez, de SBA Residencial, explica que las personas mayores tienen algunos factores que aumentan el riesgo de caídas. “Ellos [los ancianos] presentan más factores de riesgo relacionados con la ocurrencia de caídas en comparación con personas más jóvenes. Por ejemplo, déficits visuales, reducción de la musculatura y debilidad de los miembros inferiores, marcha más lenta, equilibrio comprometido y uso de medicamentos psicotrópicos que pueden provocar mareos y somnolencia”, afirma la especialista.
Según la ex presidenta del Consejo Nacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad, Valéria Andrade, la mayoría de los baños públicos o domésticos todavía no tienen la adaptación necesaria para recibir a personas con movilidad reducida, incluyendo azulejos antideslizantes y, sobre todo, barras fijas de seguridad para que las personas puedan apoyarse durante el baño o al levantarse de la silla de ruedas para usar el inodoro.